Keep on running on the free world...

domingo, abril 02, 2006

Dando pasos de gigante

Sí, puse el mismo título en mis dos blogs porque lo consideré adecuado para describir la forma en que me siento con respecto a dos cosas totalmente distintas. Cada día que pasa me siento más fuerte. Para mí es impresionante la forma en que he evolucionado en tan poco tiempo. El lunes y martes tuve problemas para entrenar y terminé dandome descanso, el miércoles en la ciclovía me sentía como un camión (algo lento, pero mejor si nadie se atraviesa). Jueves entreno ligero y viernes un poco más fuerte.
Viernes en la noche salgo con unos amigos a tomar unas cervezas. Estoy consciente de que tengo que manejar hasta mi casa y tengo entreno el sábado a las 6:30 por lo que me mido en mi bebida. También estoy consciente que el humo del lugar (¡detesto el cigarro!), las cervezas tomadas, el desvelo, y la mala alimentación van a tener un efecto negativo el sábado por la mañana y no me va a quedar otra más que hacerle ganas y fingir que me acosté a las 9PM.
Llego el sábado al entreno a las 6:35, ya empezó. Comienzo a ponerme al día y a hacer el trabajo durísimo de los multisaltos que nos pone a hacer Erick. Mucha gente se queja de este trabajo tan duro, pero creo que el entrenador tiene conocimientos y experiencia suficiciente como para darnos un correcto plan de entreno. Luego de 30 minutos de entreno de calentamiento y multisaltos, comienza mi parte favorita del entreno: el fondo. Cinco vueltas al circuito del Parque La Democracia.
No hay sueño, no hay deshidratación, no hay hambre, el aire del parque me hace olvidar el humo. Me siento en uno de mis mejores momentos. Voy corriendo junto al más veloz del grupo y hago lo posible por pegármele para ver cuánto tiempo aguanto su paso. Al finalizar la segunda vuelta, pasamos hidratándonos, es allí donde él se queda atrás. Según había visto su paso sentí que me dejaría muy atrás, pero soy yo quién está adelante por el momento, voy liderando en el entreno. Final de la tercera vuelta y hago otra para da en los "pits" para rehidratarme, Mario se acerca un poco, esta será mi última parada por hidratación. Estoy consciente de mis limitaciones, pero el espíritu de competencia me hace querer terminar primero en el entreno. Corro con decisión y comienza la batalla mental, hay momentos en los que quiero bajar revoluciones, pero también hay otros en los que la mente de dice: ¡seguí!, ¡vamos!, ¡con todo! Escucho los pasos del compañero de cerca pero sigo haciendo lo posible por mantenerme adelante, esto no es una carrera pero quiero demostrarme a mí mismo que soy capaz de mucho. Termino la cuarta vuelta y siento que durante la quinta me va a alcanzar y comienzo a resignarme. Una vez me reintroduzco en el bosque retomo la fuerza. Cuando queda menos de 1Km me digo a mí mismo: "a darle con todo y a terminar primero". Aprieto el paso y aunque siento que me alcanza, creo que ya no son las piernas, ni el corazón, ni los pulmones, los que van haciéndome correr. Es la mente la que me lleva a terminar el entreno como líder de la carrera.
Como ya lo dije antes, no era una carrera. Fue un entreno con gran exigencia y en el que me propuse dar todo lo mejor de mí. Para mí fue como un juego amistoso, para saber en qué condiciones y qué tanto puedo dar. Creo qué dí bastante. Me siento espectacular y todavía faltan 6 semanas para Cobán.